Términos como ola de calor, calor extremo o récord de temperaturas se repiten en los titulares de los medios comunicación con cada vez más frecuencia verano a verano. En 2023 la entrada en vigor de la `excepción ibérica´ dio un respiro a los hogares españoles en lo que a las prohibitivas subidas de las facturas de la luz y el gas se refiere, pero arrastra todavía un contexto, el de 2022, que vendría a representar punto por punto el acrónimo VUCA: volatilidad (precios energéticos), incertidumbre (evolución del mercado), complejidad (transporte y suministro de materias primas) y ambigüedad (algún texto legislativo y su interpretación).
Por lo que se refiere al entorno económico, apunta la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización (AFEC) en el informe de mercado de la climatización y HVAC para el año 202, las señales de desestabilización que iban creciendo a comienzos del año, se fueron moderando a lo largo de los meses. Tras llegar a máximos de hasta el 10,8% en julio, el IPC se contuvo al final del año, cayendo al 5,7%, debido en gran parte a la bajada de precios de la energía (electricidad, carburantes). El PIB creciente del primer y segundo trimestre de 2022 se redujo ligeramente en la segunda mitad del año, acabando en un 5,5%.
En segundo lugar, la `permacrisis´, definida por algunos como "un período prolongado de inestabilidad e inseguridad provocado por una concatenación de sucesos que han ido impactando sobre nuestra realidad", también ha ocupado el espacio del sector de la climatización. El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha provocado, entre otras cosas, la volatilidad de los precios de la energía que, sumada a las dificultades en el suministro de materias primas, la inflación, etc., añadió incertidumbre.
En el lado positivo de la balanza estuvieron la reactivación económica tras la pandemia, así como los fondos europeos Next Generation de recuperación, que contrarrestaron parcialmente la incertidumbre e impulsaron la demanda. Igualmente, ante la limitación de energía disponible, existen equipos cada vez más eficientes, que combinados con una buena regulación y control son capaces de reducir la demanda energética; y un buen mantenimiento de las instalaciones de climatización, producción de agua caliente sanitaria y ventilación, consigue aumentar su ciclo de vida y contribuir a la economía circular.